Reflexión sobre la pertinencia del concepto de masa en la sociedad actual
Es
difícil reflexionar sobre un concepto sobre el cual se ha teorizado
tanto pues existen múltiples definiciones del término, dicho en
palabras de Abruzzese “su exacta definición constituye todavía
hoy un problema en el campo de las teorías y prácticas, de los
estudios de comunicación y de las estrategias políticas y
administrativas”.¹ Antes que
nada, hay que tener en cuenta que el concepto de masa nació junto
con la aparición de los medios de comunicación a finales del siglo
XIX cuando empezó a aumentar la venta de periódicos. Al principio,
entorno a los años veinte, se consideraba a la audiencia de los
mass-media como algo homogéneo, aislado y pasivo, veinte años más
tarde la visión que tenían de la audiencia cambió drásticamente,
pasando a ser considerados una masa heterogénea, socialmente
relacionada y activa. Wright decía que “la comunicación de masas
se dirige a una audiencia amplia y heterogénea, anónima para el
comunicador. Está pensada para alcanzar rápida y simuntáneamente
la mayor audiencia”.²
El
que la comunicación de masas quiera alcanzar a la mayor cantidad de
audiencia posible se debe a que, con la aparición de dichos medios
de comunicación, el concepto de cultura se transformó en un bien
más, se convirtió en algo que se puede consumir, en algo más bien
efímero y por lo que hay que pagar. Por lo tanto, quienes producen
el contenido siguen unos criterios industriales, no buscan crear algo
artístico, bello, innovador no profundo, simplemente algo que se
venda rápido y bien.
Con
el objetivo de poder crear un producto que sea vendido a cuantos más
individuos de la masa, mejor, se buscará que todo el mundo pueda
entenderlo, y como es más probable que alguien cultivado acabe
consumiendo un contenido simple y carente de cultismos o tecnicismos
a que pase los contrario, se realiza un producto superficial y fácil
de asimilar. “Casi todos los estudiosos de la sociedad de masas […]
concuerdan en sostener que ésta tiende a hacer desaparecer toda
forma de separación entre alta cultura y baja cultura”.³
Este
capitalismo originado por los mass-media es lo que nos desemboca en
la banalización del contenido creado para las masas. Hoy en día,
podemos ejemplificar este fenómeno con lo que ocurre con la mayoría
de los programas producidos y emitidos por “Mediaset España”,
son productos creados para las masas, pues da igual quien lo vea, ya
sea una persona con un doctorado u otra que nunca haya ido a la
escuela, ambos podrían sentarse a verlo, entenderlo y, en el caso de
que entre sus gustos se encuentren ese tipo de programas,
disfrutarlo. Llevando el ejemplo a algo más concreto, cualquier
persona puede ver La
que se avecina enterarse
del argumento y reírse con sus chistes, pero no cualquiera puede ver
un documental en el cual se trata un tema en profundidad y
comprenderlo por completo. Por ello opino que los programas y series
que produce por lo general la empresa del ejemplo están dirigidos a
la masa.
Por
otro lado, en otros medios o simplemente empresas diferentes del
anteriormente ya citado (la televisión) podemos encontrar un
contenido dirigido a una audiencia menor, a un target
concreto.
En este caso, la audiencia sería más homogénea, pues, por ejemplo,
pueden tener intereses comunes o una formación concreta, alguna
característica de su persona que lo haya llevado hasta ese producto.
Al saber el creador de ese contenido que, si están consumiéndolo es
porque les interesa por algún motivo, para ese creador la audiencia
ya no es tan anónima para él y, al ser un tipo de contenido más
específico la audiencia no es tan amplia. Por ejemplo, si nos
estuviésemos refiriendo a un programa de repostería en el que
diesen recetas complejas para las cuales necesitas un mínimo de
experiencia en la cocina para poder seguirlas y elaborarlas, el
productor de ese programa sabe que su audiencia le gusta hacer dulces
caseros y posee un mínimo de conocimientos al respecto, por lo tanto
es un programa que no puede seguir la masa en su totalidad, pues se
perderían y quitarían el programa. Los espectadores de ese programa
están informándose sobre recetas nuevas, aprendiendo, mientras que
los que ven programas de “cotilleo” o simplemente series de
humor, no indagan, no aprenden, solo pasan un tiempo entretenido.
Desde
mi punto de vista, inspirado en lo que he leído, el concepto de masa
sigue siendo aplicable solo para algunos casos, pero no para toda una
sociedad.
Laura Cortés
- ABRUZZESE, Alberto, “Cultura de masas”, CIC, Cuadernos de Información y Comunicación, 2004, nº 9, p. 189.
- WRIGHT, C. R. “Functional Analysis and Mass Communication. The Public Opinion Quarterly, 1960, nº 4 (24), p. 605-620.
- ABRUZZESE, Alberto, “Cultura de masas”, CIC, Cuadernos de Información y Comunicación, 2004, nº 9, p. 190.
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