martes, 20 de septiembre de 2016

Primer trabajo individual, Laura Cortés

Reflexión sobre la pertinencia del concepto de masa en la sociedad actual

Es difícil reflexionar sobre un concepto sobre el cual se ha teorizado tanto pues existen múltiples definiciones del término, dicho en palabras de Abruzzese “su exacta definición constituye todavía hoy un problema en el campo de las teorías y prácticas, de los estudios de comunicación y de las estrategias políticas y administrativas”.¹ Antes que nada, hay que tener en cuenta que el concepto de masa nació junto con la aparición de los medios de comunicación a finales del siglo XIX cuando empezó a aumentar la venta de periódicos. Al principio, entorno a los años veinte, se consideraba a la audiencia de los mass-media como algo homogéneo, aislado y pasivo, veinte años más tarde la visión que tenían de la audiencia cambió drásticamente, pasando a ser considerados una masa heterogénea, socialmente relacionada y activa. Wright decía que “la comunicación de masas se dirige a una audiencia amplia y heterogénea, anónima para el comunicador. Está pensada para alcanzar rápida y simuntáneamente la mayor audiencia”.²

El que la comunicación de masas quiera alcanzar a la mayor cantidad de audiencia posible se debe a que, con la aparición de dichos medios de comunicación, el concepto de cultura se transformó en un bien más, se convirtió en algo que se puede consumir, en algo más bien efímero y por lo que hay que pagar. Por lo tanto, quienes producen el contenido siguen unos criterios industriales, no buscan crear algo artístico, bello, innovador no profundo, simplemente algo que se venda rápido y bien.

Con el objetivo de poder crear un producto que sea vendido a cuantos más individuos de la masa, mejor, se buscará que todo el mundo pueda entenderlo, y como es más probable que alguien cultivado acabe consumiendo un contenido simple y carente de cultismos o tecnicismos a que pase los contrario, se realiza un producto superficial y fácil de asimilar. “Casi todos los estudiosos de la sociedad de masas […] concuerdan en sostener que ésta tiende a hacer desaparecer toda forma de separación entre alta cultura y baja cultura”.³

Este capitalismo originado por los mass-media es lo que nos desemboca en la banalización del contenido creado para las masas. Hoy en día, podemos ejemplificar este fenómeno con lo que ocurre con la mayoría de los programas producidos y emitidos por “Mediaset España”, son productos creados para las masas, pues da igual quien lo vea, ya sea una persona con un doctorado u otra que nunca haya ido a la escuela, ambos podrían sentarse a verlo, entenderlo y, en el caso de que entre sus gustos se encuentren ese tipo de programas, disfrutarlo. Llevando el ejemplo a algo más concreto, cualquier persona puede ver La que se avecina enterarse del argumento y reírse con sus chistes, pero no cualquiera puede ver un documental en el cual se trata un tema en profundidad y comprenderlo por completo. Por ello opino que los programas y series que produce por lo general la empresa del ejemplo están dirigidos a la masa.

Por otro lado, en otros medios o simplemente empresas diferentes del anteriormente ya citado (la televisión) podemos encontrar un contenido dirigido a una audiencia menor, a un target concreto. En este caso, la audiencia sería más homogénea, pues, por ejemplo, pueden tener intereses comunes o una formación concreta, alguna característica de su persona que lo haya llevado hasta ese producto. Al saber el creador de ese contenido que, si están consumiéndolo es porque les interesa por algún motivo, para ese creador la audiencia ya no es tan anónima para él y, al ser un tipo de contenido más específico la audiencia no es tan amplia. Por ejemplo, si nos estuviésemos refiriendo a un programa de repostería en el que diesen recetas complejas para las cuales necesitas un mínimo de experiencia en la cocina para poder seguirlas y elaborarlas, el productor de ese programa sabe que su audiencia le gusta hacer dulces caseros y posee un mínimo de conocimientos al respecto, por lo tanto es un programa que no puede seguir la masa en su totalidad, pues se perderían y quitarían el programa. Los espectadores de ese programa están informándose sobre recetas nuevas, aprendiendo, mientras que los que ven programas de “cotilleo” o simplemente series de humor, no indagan, no aprenden, solo pasan un tiempo entretenido.


Desde mi punto de vista, inspirado en lo que he leído, el concepto de masa sigue siendo aplicable solo para algunos casos, pero no para toda una sociedad.

Laura Cortés

  1. ABRUZZESE, Alberto, “Cultura de masas”, CIC, Cuadernos de Información y Comunicación, 2004, nº 9, p. 189.
  2. WRIGHT, C. R. “Functional Analysis and Mass Communication. The Public Opinion Quarterly, 1960, nº 4 (24), p. 605-620.
  3. ABRUZZESE, Alberto, “Cultura de masas”, CIC, Cuadernos de Información y Comunicación, 2004, nº 9, p. 190.

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