jueves, 6 de octubre de 2016

Trabajo Individual 3 Cristina Gismero



La acción comunicativa en la perspectiva Habermas-Pascuali-Paoli.

   El filósofo y pensador Jürgen Habermas, nacido en 1929 en Dusselford (Alemania), es considerado el principal representante de la segunda generación de la escuela de Frankfurt, considerado el heredero de la dialéctica de la ilustración de Adorno. (1) Habermas distingue entres tres tipos diferentes de “acción racional con arreglo a fines” (2), entre los que destaca la acción comunicativa. Estos tres tipos diferentes de acciones son, en primer lugar, la acción instrumental, que “se refiere a la manipulación de cuerpos en movimiento orientada a la consecución de un fin y sus reglas sirven para la solución de tareas técnicas” (3) ; la acción estratégica, que “aunque también se orienta al éxito, la acción estratégica no se mide por la consecución directa de un fin, sino por la influencia que se logra sobre las decisiones de un oponente racional” (4) , y por último y más importante la acción comunicativa. Esta última “no se coordina por cálculos egocéntricos de intereses (éxito), sino a través del entendimiento. En la acción comunicativa se logra un saber común, que funda un acuerdo, como reconocimiento intersubjetivo de pretensiones de validez susceptibles de crítica”. (5)
   Aclarados los tres conceptos clave de su pensamiento, nos centramos en la acción estratégica, ya que Habermas dictaminó que ésta misma se subdividía en dos tipos, la acción abiertamente estratégica y la acción estratégicamente cubierta. Según sus propias palabras, “la  acción abiertamente estratégica es aquella en la que uno de los participantes (podemos llamarle aquí emisor) declara explícitamente el fin que pretende lograr en su oponente racional (podemos también llamar a éste, receptor); es decir, el primero (emisor) señala abiertamente la decisión que desea que tome el segundo (receptor) mediante su influencia.”(6). Algún ejemplo que podríamos tomar en este caso es, sin lugar a dudas, la publicidad, ya que ésta se encarga de transmitir y fabricar el deseo hacia el receptor de adquirir un producto o un bien que no es necesario, creando una falsa “necesidad” que el receptor acoge abiertamente, que en este caso es ir a comprar ese bien o producto.


   La segunda acción estratégica (la acción estratégicamente encubierta), según Habermas, busca la finalidad “de influir en el oponente racional sigue siendo el mismo, pero no declarado abiertamente. Más aún, el fin de influir en el oponente racional se disfraza o disimula como si fuera una acción no estratégica, sino comunicativa. Su validez declarada pretende establecerse en función del beneficio del oponente racional.” (7)
   Para finalizar con estos puntos, Habermas esclarece el término del cual tratar en este trabajo: la acción comunicativa, que “no se coordina por cálculos egocéntricos de intereses (éxito), sino a través del entendimiento. En la acción comunicativa se logra un saber común, y se reconocen pretensiones de validez susceptibles de crítica. La acción comunicativa no implica un pensamiento homogéneo por supuesto, sino que las convicciones compartidas vinculan a los participantes en términos de reciprocidad. En términos de Habermas: “El concepto de acción comunicativa, fuerza u obliga a considerar a los actores como hablantes y oyentes que se refieren a algo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el mundo subjetivo, y se entablan, recíprocamente a este respecto, pretensiones de validez que pueden ser aceptadas o ponerse en tela de juicio” (Habermas: 1993,493).” (8)
   Para finalizar con Habermas, también imprime la necesidad de recalcar que no es lo mismo la acción estratégica que la acción comunicativa.
  El siguiente filósofo a tratar es Antonio Pasquali, quien propone que “Por comunicación o relación comunicacional entendemos aquella que produce (y supone a la vez) una interacción biunívoca del tipo del consaber, lo cual sólo es posible cuando entre los dos polos de la estructura todo transmisor (T) puede ser receptor (R), todo receptor (R) puede ser transmisor (T), independientemente de si en esta relación existen o no medios físicos o electrónicos.” (9), teniendo muchas similitudes con la acción comunicativa de Habermas, tan solo difiriendo en que “consiste en que éste considera explícitamente la posibilidad, mas no la necesidad, de que en el proceso existan medios físicos o electrónicos.” (10).
  Para concluir, añadiré la información que Paoli incluyó en sus teorías sobre la acción comunicativa. Ésta dice que “la comunicación es establecer la conciencia profunda del mutuo respeto, y dar respeto es dar valor. Dar valor es reconocer lo que de verdaderamente valioso tiene el ser humano.
“La verdadera comunicación es reconocer el valor en nosotros. Y dar valor es generar verdad.
“Verdad no es un dato, verdad es el reconocimiento del valor del otro y cuando otro se siente reconocido en su ser valioso.
“Al evocar en común el valor, se abre la comunicación. Cuando la conciencia es profunda en este mutuo valer, entonces estamos en un momento de comunicación” (Paoli, 1994)” (11)

   Como se ve claramente, los tres coinciden en la necesidad del emisor y receptor siempre, sin importar el canal, donde se le debe dar un valor a aquello que se pretende transmitir y donde las dos partes deben conocer dicho valor.

BIBLIOGRAFÍA:
(2)   CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 65
(3)   CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 65
(4)   CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 65
(5)   CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 65
(6)   CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 66
(7)   CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 66
(8)   CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 68
(9)   CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 70
(10)                      CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 70
(11)                      CISNEROS, J. El concepto de comunicación. El cristal con que se mira, p. 72

No hay comentarios:

Publicar un comentario